12 estudiantes de la Universidad de Virginia tuvieron unas vacaciones de invierno distintas al resto de sus compañeros. Ellos pasaron 2 semanas de enero trabajando en un Hogar donde viven más de 20 adolescentes que fueron distanciadas de sus familias por situaciones de violencia y abuso, en Buenos Aires. Las actividades desarrolladas buscaron mejorar el jardín para que sea más atractivo y funcional para que las chicas puedan estudiar, jugar y relajarse.
El Hogar, a cargo de la Asociación Civil María del Rosario de San Nicolás, trabaja con un equipo de psicólogas, trabajadoras sociales y otros profesionales que ayudan a preparar a las chicas para que re reintegren a la sociedad, ya sea con sus familias biológicas, con familias adoptivas o por si mismas. Mientras asisten a la escuela fuera del Hogar, todo el resto de las actividades –desde apoyo escolar, recreación, hasta la alimentación- son provistas por él.
El grupo trabajó fuertemente durante este período No sólo lograron entusiasmar a las chicas para participar en el proyecto, sino que también se hicieron amigos. La experiencia finalizó con un “día deportivo” en que se desarrollaron distintas actividades.
Sarah Elizabeth Smith, quien lidero el viaje, nos contó sobre su experiencia:
"Tuve la suerte de volver a Buenos Aires este invierno junto con otros 11 compañeros de la facultad. A través de HelpArgentina nos fue asignada una Asociación en Villa Urquiza, llamada Hogar San Nicolás. A lo largo de 2 semanas, todos nosotros junto con la ayuda de los adultos que trabajan en el Hogar y las chicas que viven en él, pintamos dos murales y construimos una pequeña huerta en el jardín del fondo de la casa. El trabajo fue duro pero el producto final hizo que valga la pena. Lo más gratificante del viaje fueron las amistades que se lograron entre los miembros de nuestro grupo y las chicas. Nunca voy a olvidar el tiempo que pasamos enseñándonos mutuamente bailes populares, jugando intensos “juegos de la silla”, haciendo payasadas durante los almuerzos, y teniendo esos divertidos momentos en donde, después de 10/15 minutos de conversaciones en español/ingles/spanglish, finalmente lográbamos entendernos. Todo lo que puedo pedir es que las chicas hayan aprendido tanto como nosotros.”
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